martes, 28 de agosto de 2012

REPUGNANTE AMANECER


Después de un año aun sigo pensando en ti. Hoy al despertarme un rayo de luz entro por la rendija de mi ventana. Maldita sea, no lo selle por completo.

El dolor aun me retuerce las entrañas, quiero vomitar y una mezcla de sangre con yogurt está en mis labios. Con pereza he comenzado el tortuoso proceso de levantarme de cama, mis cabellos aun enmarañados  me atormentan. En mis memorias busco tu imagen al levantarte y recuerdo que tú, como una doncella siempre tenías todo perfecto y hermoso.

Al pasar a la otra habitación he chocado con mi reflejo en ese espejo, me acerco y veo a otra persona, no hay sonrisas y la comisura de los labios esta forzada, débil y triste. Puedo ver arrugas y manchas en mi rostro. El dolor se refleja en mi caparazón externo.

Con asco me alejo se esa imagen, me coloco mis sandalias y abro la puerta que da al jardín de cemento de esa casa. Un dolor cruza mis sienes al recibir esa luz maldita del sol, que me recuerda un nuevo día sin ti.
Los perros de los vecinos ladran al percibirme, pues ellos más que nadie conocen mi ira y creo que me tienen miedo, pues desde que me mude a este lugar me miran con recelo.

-          Buenos días señor.  Me dice la esposa del vecino, regando los sauces de bonsái de su jardín en la terraza.
-          Ah, buenos días. Le contesto de manera desganada. Ella ha creído toda la historia que le conté sobre mí. Así que su instinto maternal se activa al verme.

Le dirijo una sonrisa risueña y me esfuerzo para que no note que el día me repugna. Muevo ágilmente mi mano izquierda haciendo un ademan de saludo  despedida y avanzo con pasos rápidos volviendo a mi oscuridad.

Pronto serán las 11 de la mañana y debo salir, en mi mochila alisto lo necesario para poder pasar desapercibido y llegar a la Compañía Furer.  Hoy es el día en que llegan nuevos miembros de prueba al entrenamiento  y posterior selección.  Debo borrar las huellas de sangre que están en mi uniforme y colocarme un perfume que neutralice el olor de azufre, menuda proeza.